lunes, 19 de julio de 2010

De fracasos y éxitos

En el cine la línea entre fracaso y éxito es tan fina que a veces es difícil diferenciarla. Las películas de Woody Allen pueden ser consideradas un fracaso en EE.UU. pero gracias a sus ingresos europeos consigue nivelar la balanza y, en ocasiones, beneficios.
Cuando en 2.000 Terry Gilliam consigue iniciar la producción de su tan ansiada versión del Quijote no se podía imaginar que repetería su agria experiencia con Munchausen. 6 días de rodaje llenos de desastres naturales fueron suficientes para paralizar el proyecto de forma indefinida. Esto es un fracaso en toda regla, no hay duda, pero de todo se puede sacar algo positivo y aunque a Gilliam le duela, de su frustrada película surgió un excelente documental, "Lost in la Mancha".
Keith Fulton y Louis Pepe nos muestran cómo los problemas se van desencadenando en una producción en la que no hay nada confirmado, todo está pendiente de una llamada y se confía demasiado en la buena fe de todos los involucrados. Los agentes de los actores no aseguran que sus representados estén para la fecha de inicio y eso ya es un problema de base teniendo en cuenta que sólo tienen unas semanas para completar el rodaje. En un momento se escucha decir a Gilliam "en Munchausen teníamos actores pero no teníamos decorados, ahora tenemos decorados pero no a los actores". Terry quiere huir del fantasma del barón alemán que tanto daño le causó profesionalmente, creándole una fama de director difícil y rebelde con manía egocéntrica y desvaríos creativos. Esto fue en 1988 y está probado que todo se debió a los productores pero Terry sigue con esa etiqueta a pesar de no haber tenido más problemas. Con su Quijote inacabado puede que esa fama reverdezca, debió pensar entonces. Pero, ¿qué culpa tiene el director de que el primer día de rodaje una tromba de agua se lleve los decorados? ¿cómo se puede rodar una secuencia en un exterior por el que pasan aviones del ejército continuamente? ¿quién iba a saber que su Quijote, Jean Rochefort, iba a tener problemas de próstata?

Quizás debería haber tenido en cuenta que ni el mismísimo Welles fue capaz de acabar su versión del antihéroe cervantino.

Macías

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