
Últimamente había paseado por platós televisivos y festivales de medio pelo para promocionar sus memorias o simplemente cotillear sobre su vida asegurando cuestiones tan improbables como que Marilyn Monroe había perdido un hijo suyo pero eso no debe hacernos olvidar que Curtis fue capaz de reinventarse en el cine varias veces. De papeles secundarios en películas de acción o aventuras a protagonistas en comedias con clase, de cínico a estrangulador, de pícaro a corrupto. Su nominación al Oscar por "The Defiant Ones" le otorgó una pátina de respeto en la profesión de la que había carecido hasta entonces.

Pero no olvidemos otros papeles memorables como el del esclavo maestro de "Espartaco" (aunque sus mejores escenas con Lawrence Olivier fueron eliminadas por la censura por su contenido homosexual) o el de "El estrangulador de Boston".
Curtis no supo envejecer bien, de acuerdo, su pelucón, sus intervenciones medio borracho en algunos programas de televisión (por ejemplo "Estudio Abierto") no contribuyeron a acrecentar su leyenda pero Tony tiene un pasado fílmico que no envejece.