Digamos de entrada que elegir un tema como el de los abusos infantiles para una película ya implica una valentía que Montxo Armendáriz ha demostrado en otras ocasiones. No es fácil abordar un argumento en el que se incluya algo tan dramático y aborrecible, la sensibilidad al tratarlo ha de ser exquisita. En este caso el director parece que ha pecado de precavido porque "No tengas miedo" se queda a medias, no consigue que el espectador empatice con una protagonista (Michelle Jenner) que no se enfrenta a su trauma y que cuando lo hace es para huir hasta de los amigos que la han apoyado siempre. La idea de hacer del padre (Lluís Homar) un hombre encantador es inteligente porque eso nos hace caer en la cuenta de que ningún pederasta lleva escrita en la frente su enfermedad pero la tibieza con la que se aborda la relación paterno-filial no consigue indignarnos que es lo que debe hacer el cine social, provocar movimiento interno en el espectador.
A veces se remueve algo más que la conciencia y el hedor que desprenden ciertas imágenes nos lleva casi a la náusea. Ese es el caso de "Mysterious Skin" de Gregg Araki, un film protagonizado por un excepcional Joseph Gordon-Levitt que sin mostrar nada directamente consigue que nos sintamos sucios sólo con ser testigos de los abusos de un profesor de gimnasia a algunos alumnos. Aquí sí que podemos comprobar cómo les ha traumatizado hasta el punto de crear una realidad paralela, aquí sí que odiamos desde el principio al abusador, aquí sí que sentimos la necesidad de ayudar a los afectados, aquí, en definitiva, el celuloide traspasa la pantalla y se mete en nuestras conciencias.
MACÍAS